El Fari, lidió un precioso novillo castaño, con el que mostró sus diferencias pues aun está algo verde para estos menesteres.
Se mostró muy voluntorioso recibiendo palmas por su labor.
El Aterfeño se encontró con un novillo de escasa fuereza pero de noble embestida, con el que construyó una faena de menos a mas, basada sobre todo en la mano derecha, aunque también consiguió excelentes naturales muy bien rematados con el de pecho, después vinieron los adornos, giraldillas..., y como mató con brevedad le fueron concedidas las dos orejas. A este novillo se le dió la vuelta al ruedo.
Juan José Romera, de Granada, en los recursos necesarios para lo que le exigía su oponente, se vió desbordado en varias ocasiones. Mató de dos estocadas y descabellada. Su labor fue silenciada.
Extraoridinaria la labor de Rubén Martínez de Almería, que muy decidido se fue al encuentro de su novillo, un ejemplar con muchos pies y alegría en su embestida. Lo recibió con dos largas cambiadas de rodilla para seguir ya en pie con unas excelentes verónicas.
Con la muleta se fue al centro de la plaza y citándole de rodillas, cuajó unos derechazos que pusieron al publico en pie. Después vinieron pases de todas la maneras con ambas manos para finalizar con unas apretadas manoletinas al hilo de las tablas. Una estocada casi entera y le fueron concedidas las dos orejas con mucha fuereza.
Carlos Aranda de Baeza, demostró que junto con Ruben Martínez eran los dos chavales más puestos con diferencia de la terna. Largas cambiadas, verónicas, chicuelinas, revolveras..., todo ello "aliñado" con sentimiento y entrega, fueron el saludo a su novillo que haciendo bueno el dicho de que no hay quinto malo, colaboró y mucho en el triunfo del joven torero.
Carlos Aranda venía precedido de una aureola de triunfos recientes que vino a confirmar con una actuación estelar, estando en novillero y poniendo el alma en todo lo que hizo. De su completa labor con la muleta hay que destacar tres series de extraordinarios naturales.
Tras perfilarse dejó una estocada casi entera, y al doblar el novillo los tendidos se poblaron de pañuelos, siéndole concedidos los máximos trofeos.
Sergio González Trillo un espigado cordobés que apuntó muy buenas maneras, pero que aun se encuentra en el punto de partida de un camino muy largo y que solo su afición y deseos de triunfo puede hacerlo más corto y cercano.
Con la espada necesitó varios intentos, siendo silenciada su labor.
Destacó en la brega morenito de Jaén y en las banderillas Manuel Jesús Morales.
El Aterfeño, Ruben Martínez y Carlos Aranda salieron a hombros por la puerta grande.
Los alumnos en el Patio de Cuadrilla.
Jose J. Ramírez "El Fari" de la Escuela de Jaén.
Cristian Jiménez "Aterfeño", de la Escuela de Atarfe.
Juan José Romera de la Escuela de Granada.
Ruben Martínez de la Escuela de Almería
Carlos Aranda de la Escuela de Baeza.
Sergio González Trillo de la Escuela de Córdoba.
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